La cocina, como ya dije en las entradas del 2009, uno de mis lugares favoritos para decorar, y como dije por aquel entonces, la cocina es un espacio donde se ha de decorar con los propios elementos que la conforman y no con otros adicionales que estorben al trabajo y molesten gratuitamente. Como el uso de materiales nobles es fundamental en mí para cualquier trabajod ecorativo, toda mi vajilla está compuesta de barro, cerámica, cristal rústico, hierro y madera, por lo que nada en ella desentona con el espacio que pretendíamos crear:
En esta primera vista desde la escalera que asciende al altillo se ve que hemos aprovechado las vigas una vez más para colgar estanterías, tazas y otros elementos. El espacio es de unos tres por tres metros cuadrados en los que hay que restar el espacio ocupado por la chimenea, la nevera la cocina propiamente dicha y la pila de lavar los platos. Con el restante hemos hecho lo que aquí llaman un " bazar" donde hemos colocado los tarros de comida seca, uno de los muebles que teníamos en la cocina del 2009 ( en esta ocasión dado la vuelta con la espalda al frente, y un mueble carrito de dos cajones, procedente de un hipermercado de decoración donde hemos asentado el molinillo de café manual, de hierro forjado. las hierbas que sobresalen en la parte de arriba son las ramas de salvia que recolectamos en nuestro minúsculo jardín.
El bazar está junto a la entrada al salón, que como se puede ver, no tiene puerta, y hemos aprovechado la viga para colocar otra estantería que no moleste a la vista pero que decore al mismo tiempo. La dificultad que suponen los espacios rústicos, hechos sin metro ni plano son un reto muy atractivo para la decoración.
En esta primera vista desde la escalera que asciende al altillo se ve que hemos aprovechado las vigas una vez más para colgar estanterías, tazas y otros elementos. El espacio es de unos tres por tres metros cuadrados en los que hay que restar el espacio ocupado por la chimenea, la nevera la cocina propiamente dicha y la pila de lavar los platos. Con el restante hemos hecho lo que aquí llaman un " bazar" donde hemos colocado los tarros de comida seca, uno de los muebles que teníamos en la cocina del 2009 ( en esta ocasión dado la vuelta con la espalda al frente, y un mueble carrito de dos cajones, procedente de un hipermercado de decoración donde hemos asentado el molinillo de café manual, de hierro forjado. las hierbas que sobresalen en la parte de arriba son las ramas de salvia que recolectamos en nuestro minúsculo jardín.
El bazar está junto a la entrada al salón, que como se puede ver, no tiene puerta, y hemos aprovechado la viga para colocar otra estantería que no moleste a la vista pero que decore al mismo tiempo. La dificultad que suponen los espacios rústicos, hechos sin metro ni plano son un reto muy atractivo para la decoración.
Vista hacia la entrada desde el interior de la cocina, desde detrás del carrito, mesa del centro de la estancia.
La cocina: este rincón aunque menos estético que el resto tiene un interés especial, porque cuando llegamos estaba cubierto por un panel de poliespan ( material altamente inflamable que solo era separado de los fogones por la tapa de la propia cocina. Lo retiramos, rascamos el adobe que se caía tras el panel, sacamos la piedra, la reforzamos con cemento y pintamos entra ellas.
En la parte de arriba colocamos un pequeño estante para las especias y en la pared lateral, pintada de blanco, cubrimos hasta la mitad con azulejos rústicos y de ahí, hasta arriba, con lascas de piedra fina procedentes de Guadalajara.
Con la cocina y el lavadero no hicimos nada porque siempre estamos pendiente de mudarnos, pero el mueble del lavadero es francamente feo, por lo que no descarto que algún día le metamos mano. A la derecha de la foto, una caja de madera con tarros de cerámica traídos de un viaje a Rumanía.
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